GAS AL MUSEU: EXPOSICÓ "EN MOTO !"
texto y fotos jesús dús
Con este sugestivo titular el Museo de la Ilustración y la Modernidad, el Muvim, ha llenado de motocicletas sus salas. Por increíble que parezca. Y además con un buen criterio y rigor histórico, un gran trabajo de investigación y una colección, no ya de motocicletas, si no de singulares joyas de la mecánica y autenticas obras del arte que pudimos disfrutar durante los meses de octubre y noviembre.Un recorrido por la historia de nuestras queridas dos ruedas que nos llevaba desde el primer ingenio mecánico que recibía finales de 1800 el apelativo de motocicleta a nuestros días, pasando por mil vicisitudes, haciendo hincapié en las motos de varias épocas, desde las marcas míticas y ya casi olvidadas a las maquinas que marcaron una concepción, un estilo, un generación.
Allí pudimos aprender muchas cosas que ignorábamos de la motocicleta, sobre todo del contexto social y económico en el que se desarrollaron, desde el capitulo histórico de la guerra con sus motos adaptadas, a los usos cotidianos, domésticos de unas motos que, curiosamente, tuvieron su huella en la "revolución agraria" valenciana como pudo ser la Mobylette Campera al igual que en la juventud lo fue el popular Vespino. 
Todo ello llevo al ingenio tan valenciano, tan nuestro, y ello se pudo ver reflejado en la cantidad de marcas que nacieron en nuestra comunidad, pequeños talleres que ensamblaban chasis y motores y creaban, algunos de estas máquinas apenas llegaron al único ejemplar de fabricación, como la especial Moam, una moto anfibia que se probo en la Albufera ó la más reciente en el tiempo la Minimarcelino que se fabricó en el Puerto de Sagunto.
Todo ello llevo al ingenio tan valenciano, tan nuestro, y ello se pudo ver reflejado en la cantidad de marcas que nacieron en nuestra comunidad, pequeños talleres que ensamblaban chasis y motores y creaban, algunos de estas máquinas apenas llegaron al único ejemplar de fabricación, como la especial Moam, una moto anfibia que se probo en la Albufera ó la más reciente en el tiempo la Minimarcelino que se fabricó en el Puerto de Sagunto. El recorrido nos lleva a las grandes marcas, desde Derbi y Sanglas pasando por Rieju, a las que lograron un gran impacto social y económico en nuestro país y fuera de él, las Bultaco, Ossa y Montesa. Luego llegaría la era tecnológica con Japón de abanderada. La exposición también recogió una buena colección de scooters, mini motos y motos de competición. Y en este apartado encontramos un poco la historia mas "institucional" de nuestro deporte, de los pioneros, entre ellos los valencianos César Gracia y Paco González se da un salto, pasando casi de puntillas por Ricardo Tormo y se llega a Aspar, pero se diluye un poco el motociclismo urbano de los años ochenta,por suerte se hace especial mención a Salvador Gascón como pieza importante para que tengamos los valencianos el circuito Ricardo Tormo de Cheste; tampoco la moto de campo tiene una representación histórica más allá del impacto social que supuso algun modelo como la Montesa Enduro, de nuestro trial solamente la Ossa Mick Andrews y dos mini motos, la cota 25 y la Chispa, curiosamente aquí aprendimos que la primera llevaba un motor fabricado en Alemania y la segunda un motor Ducati. Varias de las motos que marcaron época se podían admirar, por ejemplo las Derbi "tres marchas", la Bultaco Junior, la "24 horas" y la Phanta de Ducati, Impalas, Metrallas, la Honda Goldwing, etc y en alguna de ellas pudimos leer curiosidades sorprendentes, como que la ultima Bultaco, la Pursang MK15 solo contó con cinco unidades.
La exposición nos obsequió, también con el impacto de las motos y el cine, con proyecciones de películas de culto como "Easy Rider" y nos sorprendió con una selección de portadas de discos, no en vano la motocicleta representaba un icono de la rebeldía y la juventud muy importante para la generación de finales del siglo XX. A ello hace referencia una estupenda exposición de fotografías de los "bikers" americanos firmada por Danny Lyon que con su crudo blanco y negro nos trasladaba a ese universo donde, como bien explica un panel, el coche representaba el confort, la categoría social, pero, la moto representaba el individualismo, la personalidad y sobre todo el bien más preciado de la humanidad: la libertad.
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